Son demasiadas las veces que vienen personas al despacho y que traen la misma cuestión: están con alguien y están sufriendo. La relación de pareja que mantienen no se ajusta para nada a sus deseos. La relación de pareja es un espacio vivo y de crecimiento pero no un espacio de sufrimiento. Hay una clarísima diferencia entre sumar y restar. ¿La pareja te suma o te resta?

Lo primero que debes saber es que para estar bien con la pareja tienes que estar bien contigo mismo. Esta es la dirección adecuada y no al revés. No estarás mejor cuando estés en pareja, si no sabes estar bien tú solo.

Lo segundo, si tú ya estás en equilibrio, te amas y te respetas a ti mismo, entonces te abres a una relación de pareja. En ese momento esa pareja tendrá que sumarte, porque si te resta no te sirve para nada. Esto es muy fácil de identificar. ¿Me siento bien en relación a esta persona o me siento peor? Aquí no hay medias tintas. No sirve lo de “es muy cariñoso pero después hace esto y aquello”. Lo siento mucho pero estas relaciones con tantos “peros” no avanzan. Si sufres al lado del otro y te hace sentir mal, no es la persona para ti. Y por supuesto, esto sirve para mujeres y para hombres.

Esto es aplicable a las relaciones en general.
Si cuando quedas con ese amigo/a después te encuentras peor, no te conviene.
Si cuando quedas con ese familiar te encuentras peor, no te conviene.
Si cuando estás con ese compañero de trabajo estás peor, no te conviene.
Supongo que ese tipo de personas son las que llaman tóxicas…
Pero recuerda, observa que no seas tú que ya estás mal solo y te mueves entre otras personas que como tú están en desequilibrio.

Con este conocimiento tan simple os podéis ahorrar meses de pensamientos inútiles, desequilibrio emocional, bloqueos corporales y una gran  pérdida de tiempo y energía, si contestáis a la siguiente pregunta: ¿En esta relación esta persona me suma o me resta?

Y una vez contestada esta pregunta, si ves que no te conviene, lo siguiente es tomar una decisión interna, que se sostenga y se complete después con acciones externas para cerrar un episodio. Y de esta forma podrás después abrirte a otras experiencias.

La vida es muy bonita para perderse, para perderla.
¡Te invito a mirarte, a conocerte, a recuperar la alegría de disfrutar y amarte!
¡Ánimos valientes!

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Fotografías: B. Depares Martínez.