A veces estamos al límite de nuestras fuerzas, estamos luchando, intentando hacer algo,  resolver algo, y cuando pensamos que las cosas no pueden ir peor, entonces empeoran…

¿Por qué sucede este mecanismo?

Siento que lo que la vida desea es que perdamos el control, es que soltemos completamente las riendas y dejemos de luchar.  Pensemos que vivimos en un planeta donde se ha instalado un sistema basado en la lucha por el poder. Por lo tanto, como todo es un reflejo, a nivel interno todos vivimos en una lucha constante. Probablemente solo estamos aquí para librar esta lucha interna y liberarnos de ella.

Siento que lo que la vida quiere es que finalmente nos rindamos. Caigamos en una sensación de vacío, a veces también acompañada de fracaso, frustración, rabia o tristeza. Y en ese momento la vida pierde sentido. Sólo desde aquí podemos salir del papel de víctima y enfrentar finalmente lo que sucede dentro de nosotros. Enfrentarnos a lo que somos, a lo que creemos ser… Y permitir que se quiebren las últimas partes que quedaban, las últimas ideas de lo que debería y no debería ser… Hay que romperse, hay que burlarse de uno mismo para enfrentar el mayor de los miedos: la muerte del ego, del “yo” conocido.

Si después de esto, eres capaz de levantar el vuelo, de resurgir de entre las cenizas, de relativizar, de aceptar la vida con todos sus matices, al final del túnel verás que no te sucede nada. Todo termina para volver a empezar de una manera más resuelta.

Y es que más allá de tus problemas no hay nada. Absolutamente nada.
Y en el ahora, el ser.

Todos los pensamientos en el siguiente enlace: PENSAMIENTOS DEL SER.

Fotografía: B. Depares Martínez