DE GATA A “MUY MUJER”

Este cuento es un ejemplo de lo que en psicoanálisis se conoce con el nombre de complejo de Electra. En metagenealogía hablaríamos de nudo incestuoso, en este caso, de una hija con el padre. Y según Constelaciones Familiares diríamos que la hija está bajo la esfera del padre, a su lado, y en cambio su lugar correcto sería al lado de la madre. Digamos como lo digamos, la historia es la misma, la de la hija que es “pareja” con el padre.

indigenas riendoCUENTOS BREVES

La llamaban gata. Maullaba todas las noches. Siempre estaba en celo. Su arte era la seducción. Era guiar al hombre hasta la cueva. Ella tenía el cabello largo y curvas sinuosas. Se movía como la serpiente. Y noche tras noche salía a buscar al lobo… Y muchos corrían entre sus piernas. Algunos permanecían unos días, hasta que ella lo decía. Ella era la ama. Ella mandaba. Pero todos la aburrían. Era un deseo sin fin que no se podía satisfacer. Y cuando ella hablaba con las otras gatas, les decía sensualmente: “No sé… Se marchan o los echo. Me gustaría enamorarme, pero no sé…” Y así pasaban los días y la fantasía de la búsqueda del amor se perdía… De pequeña esta gatita, la menor de tres hermanas, había sido la preferida de su papá. Había sido la niña de sus ojos. Siempre entre sus brazos. Y ella lo sabía. Y se sentía alagada. Y la niña miraba fijamente al padre para corresponderle tal admiración. Y con el tiempo los padres se separaron. El papá se marchó. Pero ella recordaba con fervor que era especial para su papá. Y los años pasaron, y hubo tantos años como hombres, pero ninguno se quedaba. Ella los sonreía, jugaba, pero eso era todo. Un juego de atracción, de distracción. Y es que ella no podía hacer más. ¡Ella no podía hacer más! Había quedado hechizada, en un embrujo difícil de romper, bajo la mirada del padre. Bajo su esfera… Y la vida le había pasado por delante, y había llegado a una edad, y ella decía que quería una familia… ¿Y pensaba, pero cómo aprender a amar? ¿Cómo amar? Y el azar de la vida escuchó su pregunta y le trajo un regalo a esta gata. Encontró a su padre y otra vez quedó prendada. Y reconociendo el embrujo se atrevió a pronunciar las palabras mágicas que lo desharían: “papá, me hiciste tan especial, que me hiciste tuya. Es demasiado.” Y por primera vez en mucho tiempo, ella pudo mirar a su madre. Y pudo caminar hacia las mujeres, hacia el corazón. Y las mujeres, que lo sabían, la llevaron al bosque. Y cuando llegó la noche, las mujeres hicieron un círculo y la pusieron en el centro. A la gran madre le sobraban los abrazos. Le sobraban las caricias. A la gran madre le sobraba la intuición, la suavidad, la ternura, la inspiración, la maternidad, la feminidad… Y la desnudaron, y la embadurnaron con tierra. Y la cantaron. Y la mecieron. Y al final las lágrimas brotaron de sus ojos. Y allí la tuvieron hasta que sus cabellos tocaron el suelo. Ella, que decía que quería aprender a amar, dejó de ser gata para ser mujer. Y a partir de ese día, ella se llamó a sí misma “muy mujer”.

 Todos los pensamientos en el siguiente enlace: PENSAMIENTOS DEL SER.

2 comentarios sobre “DE GATA A “MUY MUJER”

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